Una vez más

Realmente decidí cicatrizar mis heridas…
Realmente aborte el plan siniestro
Deje caer mis memorias junto al entierro
Resucito herido, y con nuevas energías.
 Hice a un lado mis manzanas envenenadas
Escarbo lentamente el área podrida.
 Los dolores son olvidados…
Se desvanecen en la bruma,
Pronto de ellos poco queda
El amor comienza a ser bordado
Imposible arrancarlo…
Por más que mil obstáculos así lo quieran.
 Mis parpados no pueden ocultarme,
Tu imagen prevalece en el silencio.
Los latidos se tornan certeros
Y anestesian mi desconcierto.
 Aun sin las estrellas…
Aun sin tu presencia…








Florecimiento marchito.

  Talvez el florecimiento nunca llegue
Talvez las ventanas del alma se cierren.
 Y la sal y la arena destrocen mis llagas abiertas…
De par en par esperando la próxima tormenta
 Libertad…no hay libertad dentro de un saco de carne.
Suciedad…reina la suciedad en estas mentes.
 Matar un cuerpo…
Dar a luz una sombra.
 Sin olvidar cocer sus alas,
Para que no ruede por la pendiente.
 Olvidar un recuerdo…
Sacar a flote el mañana.
 Tus ojos lucen cansados,
También los míos.
 Tus manos se esconden heridas,
También las mías.
 El aire se trenza.
Aquel vacío derriba tu puerta.
 Escribes tu historia con sangre…
Y luego nadie querrá leerla.







Solo carne.

Voy a aventar mis ansias
Enterrando mis afiladas garras
En esta blanquecina carne
No es tu carne, deseando mi marca.
Ojala así lo fuera, mi amada
Es una nueva carne…
Más inocente, más fresca.
No me interesa recordar su nombre.
Se muy bien que solo es…
Lo que a simple vista se ve.
Pobre de su frágil corazón enamorado.
Que con un certero zarpazo destrozare
Pobre de su tierna boca rosada
Que todo mi odio ha de beber
Y pobres sus azules ojos
Completamente cegados por el amor,
Romperán en llanto antes del amanecer
Cuando de mi cama sea expulsada
Por que habré terminado con ella…
Por que ya no quedara nada que hacer.
Es una verdadera pena,
Hay muchas hojas secas afuera.
Y ninguna flor a mi alrededor.
Soy tu compositor muerto
-Otro más-
Nutriéndome de carnes sin amor.
Otras carnes…
Otras esferas del dolor.
Casi sin sentirlo.
Inconciente fervor.







Hacia la luna.

  Tuve un sueño en colores sepia
Donde las manos danzaban en armonía.
Nuestras esencias ramificaban venas luminosas.
Y la resplandeciente luna nos guiaba cariñosa.
Hacia una vehemente y calida elevación.
 No estoy feliz al decir…
Que desperté sobre un agónico paisaje.
Y que necesito concluir aquel sueño.
Apartando el llanto de mi linaje.
 Estas lo suficientemente en mi.
No hay ausencia…
Solo mensajes entre líneas.
 Y mis ríos evaporándose.
 Hacia la luna.

Muros de carne.

  El colapso de 206 huesos,
No derriba un alma noble.
 ¿Qué es una herida en la piel?
Cuando tu corazón ha recibido el doble.
 El destino de tu espíritu es el ascenso,
El de tu cuerpo la putrefacción.
 Una  flor en las tinieblas no lograra florecer…
Tu alma en esa caja, solo espera degradación.
 Y como una blanca ave en cautiverio…
Presenciara el final aleteando contra las entrañas.
 La caída de tus cabellos.
 El quiebre de tus rodillas.
El malfuncionamiento de tus nervios.
 La incapacidad de amar,
 De ser…

Cuando una pútrida tempestad
Ocultaba en la oscuridad,
Todos y cada uno de mis caminos.
Llegaste en brazos del destino.
Como una estrella resplandeciente
Vaporizando lo atrancado en mis vertientes.
Como la lluvia más potente
Purificándome el corazón.
Ahora lo ofreceré en tus altares
Estanque lleno de verdades,
Fuente de eterna pasión.
Baña en vida mis pesares,
Yo beberé tus lágrimas.
Yo besare tus ojos…
Tesoros olvidados.
Oscuros, profundos e inmensos como la noche.
Si tus fuerzas se han agotado,
Partiré en dos mi propio calor,
Derramare el brillo de mis ojos en tu interior.
Todo lo que se me ha otorgado…
Para que brilles lo dejare a tu lado.




Lágrimas

Soy sangre derramada, desagradecida
Sangre de quienes murieron por mí
Lo que quedo luego de la agonía 
Me desprendo de los brazos mutilados de mis padres
Y soy el eclipse del día que ellos quieren ver
Rindo culto a todo lo que me acompaña
Y para tristeza de los que esperan un futuro,
Vamos todos juntos a la tumba…
Somos lágrimas del pasado vencido,
Cayendo y formando un río.





Lluvia fría.

El invierno ha llegado,
Para extinguir el calor de verano
El viento y los árboles se abrazan
La gente escapa de las plazas,
Y de su desértica arena.
Una tormenta se aproxima
La lluvia baña lo que el sol calcina
El cementerio se inunda,
Y huele a tierra mojada,
Las amapolas vuelven a la vida.
Atravieso calles muertas,
Entre ríos de aguas turbias y ondulantes.
El gris se aleja y se ilumina el día,
Me ahogo en agua estancada,
Pues la clara luz engendra vida.
El cielo se mueve velozmente,
Se despeja, y vuelve a oscurecer,
Mientras mi cuerpo se pone pálido…
Hasta que la humedad lo carcome,
Y la primera larva en mi herida logra nacer.

Muy dentro.

 La devastación reina,
Los signos vitales se desnivelan.
 Otro grito seco,
Viajando hacia el abismo.
 Una luz condenada…
Devorada por la oscuridad.
 Ya no abran saladas lágrimas…
Ni eterna soledad.
 Libre para volar,
Con las perfectas alas que me das.
 La inmortalidad del sentimiento…
Es tan puro, tan perfecto.
Nos adentra en la noche,
Nos construye nuevamente.
Pedazo por pedazo…
El núcleo se estremece,
Las pupilas se dilatan…
Estas abriendo mi piel,
Una ves dentro…
 Ya nada falta…

Purificación

  Mire el camino detrás de mí
Presionándome…
Sentí los recuerdos quemándome
No de nuevo, jamás así
Escapar, hacia terrenos pedregosos
En apocalípticos atardeceres invernales.
Rompiendo de a una las puertas
Las barreras, los impedimentos
Y caer de lleno sobre un sentimiento amorfo
Desafiando todo lo que conocemos
Por que no necesito más…
Por que no pertenezco a nada.
Y esas figuras etéreas…
Esas heridas profundas,
Mueren en mi de a una.
Se drenan junto al río
Dolorosa purificación!
Eternamente…
Y más también.
No huelo tu tentadora carne
Duele, hiere, sangra
Libera…
Pone en mis ojos esperanza
Aun siendo tan ínfimo
Como una frágil y triste estrella…
En la más desordenada galaxia.
Deseo brillar sobre la noche…
Siempre que estés a mi lado.

PLAGAS…

Los sueños comienzan a desmoronarse,
Y esta no es la distancia prudente.
Entrando de lleno al tornado…
Amenazados por peligros emergentes.
 Las manos siguen atadas,
Matando al que mata…
Muriendo por el que muere.
Mientras multitudes desvían su mirada.
Esta masa gris, envenenada,
De a poco va forjando mi destino.
Pilares de esta cruel farsa…
Inyectan en mis venas su grasa.
Acogido por los parámetros,
No hay refugio que alcance,
Tan llenos de tragedia…
Tanta inocencia por quemarse.
COMO BOSQUES SECOS,
COMO OSEANOS ENSANGRENTADOS,
COMO CIELOS ENFERMOS
Y CADAVERES AMONTONADOS.
 Viviendo de la desesperanza,
Encontrando placer en lo desesperante…
Sentir ya no es un problema,
Es una convulsión incesante.

 
Mariposa carroñera.

 A lo largo de la madriguera
Esparciste mis entrañas.
Luego de mi tropiezo.
Especie de mariposa carroñera.
Que sobrevuelas los hospitales.
Y crees estar en todos lados.
En busca de un bocado
Siempre vigilas desde lo alto.
Con viles ojos inmaculados.
Quisiera encerrarte en mi frasco.
Y observarte aletear toda una primavera.
Deshidratada y polvorienta.
Cortarte de a poco las alas.
Las antenas, las patas…
Hasta que te sientas oruga.
Y te retuerzas de descompostura.
Tus sollozos contra el cristal…
Sonarían acorde a mí sentencia.
Y por fin algún día…
Cuando la pálida luz de la luna,
Penetrara la ventana despedazada.
Te iluminaría muerta y desnuda.